¿Se sentirán intimidados ante tanto entusiasmo de la gente que me quiere y al vivir lejos no los ven con tanta frecuencia?. Lo evidente, es que mis "elegidos" no son siempre necesariamente los de mis hijos. Lo real, es que se entregan, interactúan y dejan descubrir su brillo a quienes ellos eligen y deciden.
Ante la pregunta: ¿Cuál es la clave y la constante de sus elecciones? Sólo he logrado descubrir una respuesta tentativa. Creo que mis hijos -supongo que todos los niños- se enganchan con quienes les dan tiempo y espacio. Ellos no eligen a quienes pretenden una sonrisa, un beso o un abrazo, ni alguna demostración de afecto instantánea, sino como resultado de un camino recorrido. Mis bebe-niños eligen a quienes pueden disfrutar de la repetición de una acción hasta el infinito con el mismo entusiasmo inicial y entienden el tiempo infantil. Mis hijos eligen a quienes no necesitan de la intensidad, ni invadir el espacio de respeto y de los apretones para demostrar cariño.
Mis hijos disfrutan jugar con las personas que pueden correrse de la verdad absoluta de "esto se hace así", de la eficiencia adulta que pide "ahora", y se inclinan por aquellos que están permeables a sorprenderse a un ritmo ajeno. Debo de reconocer que las elecciones de mis hijos son mas sabías y me han enseñado a mi a admirar de sus elecciones y por supuesto sus elegidos ahora también son los míos.
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