lunes, 9 de enero de 2012

Cortesía Corporal

Para cambiar de ropa a mis hijos me gusta comunicarles mi intención mostrándoles la ropa e invitándolos a colaborar. Cuando noto que están poco disponibles, espero algunos segundos para que puedan incorporar la idea, interrumpir su actividad y predisponerse a ayudarme. Algunas personas cuando me ven actuar de esta forma me dicen: "Tenés demasiada paciencia: "Yo no tengo tiempo para eso, los cambio y punto".

Y es verdad que en nombre de la falta del tiempo, el cansancio o la famosa frase: "no sabe lo que quiere", a veces los bebés son tironeados, alzados con desaliño, cambiados mecánicamente, alimentados casi a la fuerza y hasta terminan recibiendo remedios sin recibir las razones.

Pareciera que a los adultos nos cuesta ponernos en la sensación del bebé. ¿Que sentiríamos nosotros si día tras día somos vestidos a la fuerza?, ¿Nos agradaría que nos den un remedio sin darnos el tiempo para aceptarlo?, ¿Nos gustarían que nos higienizaran como si fuera un trámite? y ¿Qué sensaciones tendríamos si los demás se sintiera en pleno derecho de tomarnos por la espalda o como fuera sin avisarnos?. ¿Consideraríamos que recibimos un trato acorde con las palabras cariñosas que nos dicen o una manipulación corporal irrespetuosa y poco amorosa?

Quiero que mis hijos sepan que nadie tiene el derecho de tironearlos, apurarlos o invadirlos porque sí. Me gustaría que se les grabe que no hay ninguna razón que justifique ser tocado de ninguna otra forma que no sea la cortesía, la delicadeza y la consideración. Por ahora la única herramienta que tengo para enseñárselos es través del ejemplo y el lenguaje de mis manos. Más tarde también podré hacerlo con las palabras pero para entonces espero que ya tengan incorporado el rechazo hacia todo trato ni manipulación que no sea amable y respetuosa.

Muchas veces me he tenido que privarme de pellizcarles su colita divina o abrazarlos con fuerza en mis arranques de ternura, otras he quedado como una madre antipática cuando seres queridos han deseados tirarlos para arriba a modo de diversión y tantas más he debido disculparme con ellos por algunas torpezas de mi parte. Pueden parecer cuestiones sin importancia, pero quiero hacerles sentir cuán sagrado es su cuerpo, y que se les grabe en los más profundo de su percepción que ninguna razón justifica ser tocados sin su consentimiento y aprobación.

7 comentarios:

  1. Hola Lucre!
    Nosotros nos comunicamos igual con Nur, y SABEMOS que lla lo agradece infinitamente y que nos entiende. Es más: es el terreno de la ropa, le gusta mucho elegir la ropa ELLA MISMA. A mi me gusta darle a elegir un par de cosas y ella siempre tiene una opción muy clara al respecto! jaja
    A veces no me queda más remedio que ponerle lo que yo quiero, porque vamos con muchas prisas, pero aún así siempre le explico lo que vamos a hacer y por qué en esa ocasión elijo yo.

    ...Y ellos lo entienden todo...

    Un abrazo!
    Noraya
    "El Rumor de las Libélulas"

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  2. Estoy de acuerdo contigo y con Noraya, Lucre.
    Nosotros también informamos y pedimos permiso a nené para alzarle, bañarle... A mí no me gustaría que me tratasen como un objeto y por lo tanto intento hacer lo mismo y mantener un con-tacto respetuoso.
    Te confieso que lo paso mal cada vez que tenemos que vestir, desvestir o cambiar el pañal a nené, no le gusta nada y llora un montón. Me siento fatal y estoy un poco perdida en este aspecto ¿alguna sugerencia?
    Abrazos corporales

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  3. Hola Magia: yo no tengo sugerencias mas que experiencias pero en una época me pasaba eso con Lu, me sentía mal mal mal y la pediatra Liliana me dio unos consejos gracias a los cuales ahora no es siempre un escandalo cada cambio de panal. YO escribí un post con respeto a eso que podes leerlo en mi blog y también Meli de Biendriando anduvo igual que nos... Asi que aca vamos compartiendo y buscando la manera.... besos besos besos, lucre

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  4. Nosotros siempre le contamos lo que vamos a hacer, le preguntamos mas que ordenamos, y si vemos que no le hace mucha gracia, le intento explicar por qué o distraerala jugando o haciendola de reir (para el cambio del pañal o de ropa esto nos salva de alguno que otro llanto).
    Un abrazo

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  5. Hola! Ya estuve en tu blog pero volví porque me sorprende mucho todo lo que escribes, me encanta encontrar personas Che aprecian toda esta teoría fascinante de Emmi Pikler. Yo estudie con Noemí Beneito y sigo especializando me en esta teoría excelente pero nunca encontré una mamá con tanta energía para contarle al mundo su experiencia. Te felicito por lo que haces , sigue escribiendo sobre tus hijos porque de esta manera otras madres podrán entender la finalidad de no intervenir ni en el desarrollo motor ni en el juego, ni en tantas cosas. Me llamo Karina.

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  6. Cuanta paciencia, Lucre! Ojalá te acompañe por siempre... las madres solemos perderla muy pronto!!!
    Besos y feliz comienzo de año.

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