lunes, 16 de enero de 2012

¿Paciencia?

Cuando algunas personas me ven actuar con mis hijos me dicen: ¡Cuanta paciencia! pero yo considero que mi actitud de crianza tiene que ver más con el respeto. Y mirando a mis hijos de esa forma no puedo más que actuar en consecuencia.

Las veces que por saturación he perdido la paciencia y no sé mas que hacer, se me viene a la cabeza el consejo generalizado que dice: "un buen grito o un buen chirlo a veces no hacen mal", pero luego me lleno de preguntas: ¿Servirán los gritos y los chirlos?, ¿Será más efectivo mostrar hartazgo que pedir con tranquilidad mirando a los ojos?, ¿Será mejor estar gritando todo el tiempo que poner límites físicos como llave en una puerta o una baranda en una escalera?.

¿Comprenderán el sentido de la sanción cuando las formas son exaltadas o quedarán tan asustados como cuando sucede algo inesperado que no llegamos a comprender?. ¿Qué sentirán mis hijos al verme fuera de eje?, ¿Cómo podré pedirle luego que no empuje a sus amigos -por emoción, enojo o lo que fuera - si yo hago algo parecido?. Y por último desde mi perspectiva ¿Cómo me sentiré después de haber gritado?, ¿No estaré iniciando un circulo vicioso peor que el motivo que quiero marcar?

Estas vacaciones -como toda situación que altera su ritmo - a mis bebés se les ha desregularizado el sueño. Sobretodo a Lu la pileta parece haberla alterado y ha vuelto a dormir interrumpidamente en las noches como cuando era bebé y otras noches se ha demorado en conciliar el sueño hasta la medianoche. Ayer, a las 11 de la noche, luego de intentar de distraerla, pasearla, acunarla, besarla y conversar largamente saqué a Lu a andar en auto para justamente no perder la paciencia. Hice lo que había escuchado que tranquilizaba a los bebés y veinte minutos más tarde, la dejé plácida en su cuna.

Me parecía injusto dejarla llorar o retarla por no tener sueño o no dormir en el momento que yo quería, pero al mismo tiempo ansiaba esos preciados minutos  -cuando ellos duermen plácidos- donde yo no tengo que ocuparme de nadie. Traté de ponerme en su piel pensando que quizás se sentía desconcertada debido al cansancio profundo que siente un cuerpo luego de horas de jugar en la pileta. Y por respeto a su cansancio o desconcierto decidí llevarla de paseo en auto.

Quizás mi elección puede ser calificada como falta de carácter de mi parte o malcrianza,  pero para mí fue una solución respetuosa para ambas. Ella se durmió de manera amorosa y yo respeté mi propio límite de la paciencia.

8 comentarios:

  1. Qué sabia decisión!
    Es verdad que hace falta mucha paciencia, que a veces la perdemos, y entonces lo primero será pedir perdón. Pero además, siendo los adultos, somos los que tenemos las habilidades para saber que si una cosa no funciona debemos probar con otra, sin faltar al respeto.
    Un abrazo

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  2. Ay, la paciencia tampoco es una de mis virtudes más características. Pero con los bebes, no queda otra que armarse de ella, sobretodo si uno postula criar con apego, respeto, etc.
    Yo tengo el mismo tema con mi hija, ella duerme cuando quiere, he probado todo, pero desde que nació no ha dormido de corrido ni una sola noche, a veces despierta a las 3 de la mañana a jugar...y yo solo quiero dormir... a ratos me desespero, me da rabia, pero bueno, respiro hondo, la miro y me da un beso y caigo rendida en sus encantos... la paciencia brota espontaneamente... de a poco vamos aprendiendo a ser madre.
    saludos,

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  3. Ser madres y padre es un trabajo permanente de ejercitar (permanentemente y sin tregua) el arte de ser pacientes. Ahora que estamos de vacaciones con mi pequeña hemos estado, a diario, al borde de ese límite. Yo pienso que hay que saberlo manejar, respirando, buscando, evitando rendirse al desespero y al cansancio. Se escribe fácil, pero se, igual que tu, lo difícil y cansador que resulta.

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  4. Tener paciencia también es eso... tomarse el tiempo necesario para ejecutar sabias decisiones, en lugar de hacer lo primero que nos sale.

    Te mando un beso!

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  5. Qué complicado es a veces tener paciencia para las que, como tú y como yo, no es un don que nos sobre precisamente.
    Cuando estoy saturada me trato de poner en el lugar de mi hijo para entenderle mejor, empatizar y, casuliadad o no, consigo que frene en su empeño de hacer aquello que me desquiciaba.

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  6. Entiendo perfectamente a lo que te refieres. Muchas veces me encuentro pensando en lo mismo. Tenemos un hijo que suele dormirse a su hora, come bien, en fin, que como dice una buena amiga mí, nos tiene muy mal acostumbrados jajaja. El caso es que el día en que no puede dormir o no quiere comer o está muy irascible me recuerdo eso mismo y pienso en cómo debe de sentirse. No siempre se sienten esas necesidades a las mismas horas y siempre nos vemos afectados por causas externas, como en el caso de tu hija, la pileta. Te felicito y comparto enteramente tu forma de pensar. Con tu permiso me quedo por tu blog ;)

    http://yanethpoints.blogspot.com/

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  7. Los estas educando con inteligencia emotiva!!!! yo la descubri cuando eran mas grandes, pero de todos modos, el respeto de los tiempos de cada persona , es fundamental. BRAVA Lucre!!!! Cecilia Paredes

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  8. qué cierto lo que apuntas: como necesaria la reflexión antes de la acción que en muchos casos se puede entender como una reacción. Tuviste tu tiempo de pensar en variables que perjudicaban el comportamiento de LU y elegiste dar paso a una solución amigable. El respeto es uno de los atributos que creo consolida los vínculos en general. Estamos viviendo, lamentablemente, atropellándonos unos a otros. Tu ejemplo de empatía y comprensión es lo que podríamos transpolar a escala mayor!!! besos mona!

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