jueves, 16 de mayo de 2013

¿Un amor deslumbrado o real?

Cuando mis hijos nacieron una persona me vino a visitar pero yo no pude verla porque estaba en neonatología amamantando a Juan, descubriendo un nuevo sentimiento tan grande y maravilloso que me cuesta explicar...

A mi regreso a la habitación, leí una nota que me había dejado que decía: ahora estás con tu nuevo novio... Y si bien en el cúmulo de emociones post parturientas leí esa nota a las apuradas siempre me quedó rondando esa frase algo confusa en algún lugar de mi cabeza... ¿Como podría hablar así de mi hijo?. Pero la verdad que algo de esa sensación había, la sensación de plenitud que me generaba tener a mis hijos en brazos tenía una pequeña referencia a la plenitud que había sentido enamorada, la superaba por supuesto, la exponenciaba además y sobre todo me dejaba sin palabras para describirla aunque fuera mínimamente.

Así pasaron los primeros meses, estaba cansada, estaba asustada, tenía miedo, estaba deslumbrada, estaba profundamente agradecida con el universo y la naturaleza que me hubiera prodigada la maravillosa experiencia de ser mamá. Podía fallar todo alrededor, pero ese vínculo mamá hijo estaba ahí  indeleble. Mis bebés para mi eran un resguardo de alegría donde yo ponía mis mejores intensiones, mis mejores ilusiones y mis mejores deseos.

Aprendieron a rodar, ponerse boca abajo, girar sin rumbo, reptar, sentarse, gatear, pararse, caminar y hasta correr, a la vez que conversar, enojarse, hacer valer su opinión. Y yo deslumbrada observaba cada paso literal y emocional que lograban. Hoy cuando me refiero a mis hijos en mi cabeza sigo llamándolos bebés, y luego de figurarme esa imagen me sigo preguntando ¿siguen siendo bebés?. Ya no son más bebés, ya son niños pequeños y con esa llegada a la infancia, mi enamoramiento ya no es el de los primeros días.

Me he sentido mal por no sentir ese enamoramiento inicial para siempre, me sentido mal por sentirme frustrada porque me cambiaran los planes, me he sentido mal porque esperaba que todo el mundo sienta al conocerlos el enamoramiento que yo tenía. ¿Nadie se da cuenta lo divinos que son mis hijos? . Nadie se da cuenta porque no lo son y quizás por suerte, porque de otra modo no tendrían nada porque luchar, porque cambiar, porque superarse....

Ya no estoy más enamorada de mis hijos como lo estuve durante los primeros años, pero los sigo amando como esa vez, solo que de manera diferente...sabiendo que tienen miles de reacciones que debo ayudarles a controlar, miles de sensaciones que tengo que ayudarles a comprender, miles de alegría que podemos compartir, y miles de frustraciones que tendremos que transitar. Quizás hoy no esté tan enamorada de mis hijos como lo estuve cuando nacieron, pero los amo, los quiero, los adoro como cuando se quiere de verdad, sabiendo los defectos y sus virtudes, sus falencias y sus talentos.

En dos días mis hijos cumplieran 3 años.... y para mi comienza una nueva etapa, ya no podré decir más me voy con mis bebés... Dentro de dos días prometo decir me voy a buscar a mis niños, esos que me proponen una nueva relación...

2 comentarios:

  1. Me siento tan pero tan identificada, no te imaginas. De gecho hace unos días me he sentido un poco des-enamorada. No por que la quiera menos sino porque esa etapa de "enamoramiento" ciego a terminado, dado pasó a otra etapa muy emocional pero a otros niveles más exigentes y también más racional, que es un territorio hasta ahora inexplorado para nosotras.

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