sábado, 1 de junio de 2013

Y ahora nos falta lo más complicado del control de esfínteres...

Ayer tuve reunión en el nuevo colegio de Juan. Mi hijo a evolucionado un montón: cumple las consignas, es agradecido, ordena, colabora, socializa muy bien, lo buscan para jugar y el busca también - en general a una chica que se llama Lupe - con la que tiene mucha afinidad. Pide perfectamente para hacer pis, se mira cuando hace, se sorprende que salga de sí mismo.

El 30% restante es que no pide para hacer caca, y esta semana no se porque razón se hizo varias veces durante la jornada escolar. La caca se le cae por el costado del pantalón, queda en el piso, viene otro chico la pisa, dice en voz alta que Juan se hizo cacá, la maestra corre a cambiarlo, llaman a la persona de limpieza y se arma un lío. Este tema del control de esfínteres - su caca más específicamente - no esta tapando la posibilidad de mirarlo tal cual es. Yo creo que entonces el se pone más nervioso, porque aunque no lo dice, se da cuenta y hay un momento que desconecta se tira al piso y mueve sus piernas con ganas (y fuerza) que es lo que le sobra. Si hay alguien en frente recibe una patada, pero Juan no lo está pateando, no se dió cuenta ni siquiera - a causa de su enojo - que el otro estaba allí.

Ese fue el relato de su directora quién me consultó la posibilidad de ponerle los calzoncillos de entrenamiento. Un mes antes cuando yo había llegado angustiada, llorosa, pérdida y frustrada - me enojo todavía conmigo mismo por ser tan estúpida - me había aconsejado no volver a los pañales para que no hubiera más marchas y contramarchas con mi hijo. Hoy voy a aceptar esa posibilidad, hoy creo que Juan tiene tantas ganas de ir a jugar con chicos y tanto potencial amoroso para ser descubierto por su maestra y quienes lo rodean que no voy a dejar que un poco de caca lo empañe.

Estoy casi segura que mi pediatra me va a retar, pero yo creo que sin hablar demasiado, sin ponerlo como una frustración, como un retraso, vamos a darle mi hijo Juan la posibilidad que se mueva en el mundo con libertad y tranquilidad. Porque eso fue lo que traté de hacer desde que nació. El ya la tiene algo complicada es uno de los más chiquitos de la clase, pero más aún nacieron un mes antes de la fecha que debería haber sido, estuvieron veinte días en la neo y encima mi hijo Juan después tuvo que soportar una semana más de internación por su infección que significó un gasto de energía extra para salir adelante. Su primer mes afuera de la panza, no fue de adaptación y aprendizaje. Todo lo contrario fueron tiempos de lucha para él de la que salió fortalecido seguramente pero que ahora le está obligando    a re adaptarse a máxima velocidad.

Mi hijo Juan está aprendiendo y yo lo tengo que acompañar, sin juzgar, sin comparar y sin pensar. Les juro y te juro, hijo mío, que algo aprendí del otro episodio. Y hoy voy acompañarte con alegría no importa si el camino que tomemos es un poquito para atrás, para adelante o para el costado. Cuantas veces tenemos que volver un poquito sobre nuestros pasos para después pegar un salto enorme.

Además cada día lo conozco más y sé que mi hijo cuando parece que está al borde, al borde, de todos los promedio, un día se levanta y elaboro todo su desafío. Asi fue con sus palabras, cuando yo estaba al punto de preocuparme porque seguía hablando en japonés, de pronto comenzó a hablar con un millón de palabras y una dicción perfecta.

Ay, mi hijo Juan estoy haciendo todo lo posible para estar a tu altura... vos marcame el camino y cuando me veas muy apurada, decime mamá: yo tengo mis tiempos, no te apures. Vos y yo sabemos que yo voy a poder, pero a mi manera.

3 comentarios:

  1. Me emocionó. gracias por ser tan buena mamá. Te amo

    ResponderEliminar
  2. Es un proceso mucho más largo del que nos dicen el control de esfínteres Lucre!
    Solo que nadie admite que su hijx aún a veces se hace sin darse cuenta. Y creo que estás tomando una buena decisión porque con un calzoncillo de aprendizaje, va a poder relajarse y jugar, y no sentir todas las miradas sobre él, cuando pase.
    No lo vivas como un paso para atrás! Todos son pasos hacia adelante. Es como con la motricidad, que en un momento repta, luego gatea, luego se para, y después puede seguir gateando, reptando... después puede empezar a caminar, y volver al gateo.. y así hasta que adquiere la suficiente seguridad (ademas de la capacidad psíquica) como para dejar atrás el gateo, y solo caminar.. no?

    ResponderEliminar
  3. Me gustó leer tu post, a veces las mamás sufrimos demasiado y no interiorizamos de verdad lo de que cada niño tiene sus tiempos, lo digo porque es mi caso también, lindo saber que al final podemos darnos cuenta y actuar abiertas y comprensivas para nuestros hijos!

    ResponderEliminar

Para dejar comentarios, por favor haganlo como anomimo, ya que es la unica manera que los toma correctamente. AH! eso si, diganme quienes son!