Juan aprendió -tomándose de algo que lo ayude a sostenerse- a sentarse y pararse. Después de tanto esperar, lo logró por sus propios medios y sin la ayuda de nadie!
Durante la espera, debo haber gastado las fotocopias del libro “Moverse en libertad” para ver que margen en semanas le restaban para lograrlo. Había momentos, en que pensaba sino se sienta en tal fecha, le enseño… aunque después recapacitara.
Llegada una edad y un peso, el no sentarse por parte del bebé complica la dinámica de bañarlos y alimentarlos. Además, se suma la presión social. Nunca falta la pregunta recurrente: ¿Todavía no se sienta? Siempre me daba cuenta que me lo iban a preguntar! Y mi respuesta: “No, por ahora no se sienta, es muy activo y tiene una gran movilidad como rodar, girar, reptar, se va a sentar cuando esté preparado para hacerlo”. Y ahí venía la respuesta: Pero a esta edad, debería sentarse. ¿Vos le enseñaste? Probá ayudándole o conteniéndolo con almohadones. A veces intentaba explicar la mirada Pikleriana, pero otras no era el momento.
Como madre primeriza, no puedo evitar tener expectativas sobre mis bebés, y con tanta información que llega por Internet sobre el desarrollo semana a semana, en algún lugar de mi cabeza espero que mis bebés cumplan aquello que se espera de ellos automáticamente en la semana que cumplen. ¿Soy yo o todos estamos atrapados en las destrezas esperadas?
En esta etapa de “bebitud”, la motricidad es la gran protagonista, es donde más los adultos buscamos intervenir. Podemos enseñarles a sentarse, pararse y hacerlos caminar de la mano o con aparatos a tal fin. En cuanto a las otras destrezas, no podemos enseñarles a como poner la lengua para emitir tal o cual sonidos. Solo ellos pueden probar las diferentes modulaciones de su voz y su volumen. Lu, que es mas vocal, a veces canta a un volumen que muchas veces puede callar a una mesa de adultos y por mas que le diga despacio, ella sigue a su ritmo. Eso que para mí, puede ser más molesto para un adulto, causa mucha gracia. Por el contrario que Juan se mueva libremente –bajo mi cuidado- por el piso causa estrés. Todos prefieren un bebé alzado.
Yo quería que mis hijos fueran protagonistas de su propio desarrollo corporal y por eso hoy estoy feliz! Juan aprendió además de sentarse o pararse, a explorar sus capacidades en movimiento y lograr una nueva postura. Tuvo que atravesar intentos, pruebas y errores para conseguirlo, pero lo hizo JUGANDO.
Los dos disfrutamos de su aprendizaje. El tiene la gratificación de haber conseguido sentarse y yo mi recompensa por haber confiado en el, incluso en los momentos de angustia. Cada vez que se para o se sienta, lo felicito! Esa sí, es mi forma de estimularlo!!!
Les debo la foto donde esta parado agarrado de la mesa, no me salieron bien!!! pero la tomo y la subo!!!
Me encanto!!!! Milla aun ni piensa en pararse, le basta con estar sentadita y rodar, rodar y rodar...Por ej. Mashi, su hermanito a la misma edad estaba parado agarrado de su cuna, de la mesa, de la silla, por donde podia se agarraba y paraba...ella aun no demuestra interes en hacerlo, pero no me preocupa ya lo hara...Otro ejemplo, el viernes solita se puso a aplaudir, fue tan emocionante verla porque sus ojitos brillaban de felicidad por su logro y es asi...Mashi eso no lo hizo a su edad...osea cada niño tiene SU propio ritmo, es inutil forzarlos...la naturelaza y los estimulos externos los conduciran...el proximo paso para tus babies es el caminar...aplica la misma teoria..que lo hagan cuando se sientan de hacerlo, porque por suerte caminaran toda la vida asi que no hay apuro!!! El felicitarlos es un gran estimulo para ellos, asi como tambien les infundis mucha confianza en si mismos y eso es fundamental para vivir en este mundo!! Felicitaciones Juan!!!
ResponderEliminarMuy interesante blog. Es lo que yo he hecho con mi hija, dejarla estar en el suelo y así aprendió a caminar, nisiquiera quiso que la tomara de las manos para intentarlo, ni un dolor de espalda, ella solita a los 10 meses caminó...
ResponderEliminar