Desde hace unos días cuando Juan quiere expresar alegría lo hace dando algunos gritos muy agudos...de esos que perforan el tímpano de los adultos....Cuando lo miro para pedir un poco de piedad, noto que su cara es de absoluta felicidad. Es como si sus carcajadas, expresiones físicas y muecas graciosas no le fueran suficientes y necesitar mayor volumen para expresar sus sentimientos.
Esto es una sorpresa, porque Juan hasta el momento no había demostrado demasiadas cualidades vocales con el fin de expresarse, sino más bien balbuceos para sí mismo. Me parece que está captando la posibilidad del lenguaje y ha comenzado a darse cuenta que un grito es el imán perfecto para atraer todas las miradas.
Ayer en un descanso en el bar de Fundación Proa - fuimos a la exposición de Louis Bourgeois - Juan estaba exultante, conmovido y alegre. Se lo notaba encantado observando la gente y para demostrarlo se reía a carcajadas, hacia muecas y cada tanto gritaba de alegría. Yo me sentía un poco avergonzada por la invasión sonora, pero al mismo tiempo cuando lo miraba con ánimo de callarlo, no podían más que esbozar una sonrisa al ver tanta alegría y esas carcajadas que contagiaban. Además, me di cuenta que mi ganas de silenciarlo no coincidía con las sonrisas y las gracias que le prodigaban los demás comensales a los que había convertido en su audiencia.
Reconozco que para mí es todo un ejercicio de templanza (y supongo que para los comensales “no audiencia” de ayer también!) porque lo primero que me surge ante estos gritos es una sensación de que algo se descontroló y en consecuencias, unas enorme ganas de silenciarlo con: "Sh..Juan más bajito, por favor, despacito". Pero el problema era que tenía que repetir esa frase hasta el cansancio -como una telemarketer-y no conseguía demasiado. Por suerte la semana pasada, mi pediatra Pikler le festejó estos gritos de alegría durante la consulta y me explicó que eran muy frecuentes en Loczy...”. Hay que festejarlos me dijo, son parte de su maduración y ya pasarán…” (¡Qué alivio pensé para mis adentros!)
Asi que me estoy amigando con estas subidas de volumen intempestivo, pensando que son el comienzo de la posibilidad de comunicarse verbalmente…Me imagino que comenzará así de manera estrepitosa, para luego imitar de sonidos ajenos y por último, adquirir las primeras palabras con sentido. En cambio Lu, más avanzada en esto de la charla, desde hace un tiempo toma algunas palabras de nuestras conversaciones para repetir su música como eco de nosotros mismos.
Lo cierto es que estos gritos llenos de ganas de hablar de Juan, y esas pequenas pronunciaciones de Lu, me indican que voy a tener que comenzar a despedirme de esos soniditos de bebé y guardar en mi recuerdo los balbuceos famosos de tetete..te..tete y aia ayia que me encantaron e inundaron mi casa todo este tiempo. ¡No saben como los voy a extrañar!
Emmi Pikler fue una pediatra húngara con una mirada original sobre el desarrollo motriz del niño. Como madre de mellizos comencé este recorrido porque me conmovió profundamente leer “Movimiento en Libertad” y definitivamente cambio mi enfoque sobre la crianza. Este blog, es la manifestacion de mi necesidad de generar un espacio para compartir con otras madres experiencias, dudas, alegrías y los logros de nuestros bebés.
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la risa de un bebé nunca puede resultar molesta. Es el más bello de los sonidos.
ResponderEliminarUn beso
hola Jazmin: como estas? si tenes la razon la risa y las carcajas de juan y de todos los niños del mundo son maravillosas... a mi lo que me pasaba es que pegaba unos gritos que no te imaginas...y encimja como en todos los textos de loczy dicen que los chicos son tranquilos y no exitados, yo me angustiaba que por ahi le pasaba algo...por suerte nada, esta feliz y ahora yo tambien lo estoy...gracias por el mensajtio, saludos, lucre
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