Cuando se ponen en juego temas sobre la crianza, las posiciones son viscerales y no podría ser de otra manera porque se trata de lo que más importante de la vida: nuestros hijos. Se nos ponen juego agotamiento, angustias, deseos, esperanzas y un inconmensurable amor….Yo, lamentablemente todavía no adquirí el don de la no exposición y me meto en estos bretes constantemente sobre que es una madre con esta mirada.
Ser madre Pikler no es ser ahorrativa y no comprar un montón de adminículos como saltarín, andador, pata pata, hamacas, sillitas, etc., sino dar la posibilidad que descubran el placer del movimiento del propio cuerpo.
Ser madre Pikler, no es apurarlos a sus posibilidades ofreciéndoles actividades que no puedan dominar – que pueden hacerles sentir frustrados y la sensación de que necesitan ser ayudados por un adulto- sino acercarles elementos controlables que puedan decodificarlos en un aprendizaje autónomo y placentero.
Ser madre Pikler, no es entender la estimulación como una gran cantidad de pasos de consignas y actividades impuesta por el adulto en el momento que él puede, sino respetar sus intereses de exploración y -al no dirigirle o imponerle- demostrarle que sus intereses son valiosos.
Ser madre Pikler, no es pensar que el adulto tiene propuestas de esparcimientos más interesantes sino dejar que se deslumbren por detalles que muchas veces los adultos dejamos de percibir pero que ellos valoran y se asombran con sorpresa inconmensurable.
Ser madre Pikler, no es dejarlos solos, sino darles momentos privilegiados de atención absoluta para que luego ellos con esa seguridad afectiva y confianza puedan autónomamente explorar el mundo que les rodea.
Ser madre Pikler, no es dejarlos tirados en cualquier piso, sino generar un espacio - habiendo considerado las medidas de seguridad- en el que puedan moverse con plena libertad para observar, tocar, sentir aquello que les interesa y sentirse capaces.
Ser madre Pikler, no es imponer una agenda de actividades supuestamente estimulantes, de forma que ellos terminen haciendo aquello que le pedimos para satisfacer nuestro deseo; sino respetar su curiosidad, deseo, tiempo, ritmo para que aprendan en función de sus intereses.
Ser madre Pikler, no es mezquinar mi sabiduría ni mis consejos, sino confiar en que puedan generar sus propias herramientas y capacidades en el momento que lo requieran. Cuando les doy la oportunidad noto que ellos tienen capacidad de resolver las situaciones.
Ser madre Pikler, no es desoír todas las teorías y costumbres sobre crianza, sino saber que la fuente de información más perfecta es aquella que nos muestran nuestros hijos si nosotros tenemos la capacidad de observarlos en paz y tranquilidad.
Y se madre Pikler es poder expresar tus sentimientos y emociones con palabras con tanta fuerza, aún cuando exista algo de tristeza por algunas cosas que pasan a tu alrededor. Las palabras fuertes permanecen mientras que la pena en algún momento se va. Beso enorme, Yo
ResponderEliminarSuper interesante
ResponderEliminarCreo que soy una madre pikler! Seré?
ResponderEliminarque hermoso!!! yo deseo ser una madre pikler. me interesaria saber como te formaste?, si es accesible este conocimiento al comun de las madres y finalmente, mis hijos tienen 5 y 7 años. aun estare a tiempo de darles todo lo que mencionas
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