jueves, 10 de mayo de 2012

Esa tribu que nos dio tanto

Me acuerdo el día que vino a trabajar María, estábamos preocupados por un acontecimiento familiar. Era fin de semana y yo me encontraba con mis bebés -que tenían pocos meses- angustiada mientras Martín resolvía los inconvenientes.

Vino a nuestras vidas con su tono suave, enorme dulzura y gran paciencia. Me recuerdo haberle entregado a Lu cuando ya no podía calmarla, con algo de miedo pero sabiendo que con nervios y angustia no la podría ayudar. Todavía tengo presente la imagen cuando las observaba junto a la ventana, mientras María la mecía suavemente y el hablaba con igual intensidad. Se le notaba la calma de la experiencia, pero sobre todo de la convicción de que ella podría hacer algo por mi Lu.

María siempre les habló a mis hijos en tono suave pero firme, con esa inflexión que trasmite la seguridad de que estas en buenas manos y que aquello que te dice es porque es lo mejor.

María es un ser sensible a la belleza, a la naturaleza, a la espontaneidad de la infancia. Tiene los ojos más observadores que yo jamás he conocido y puede mostrarles a mis hijos las flores más bonitas de los árboles, los pajaritos más lejanos, las muecas hasta de los cuises que andan por el jardín.

Con ella hemos pasado las fiestas juntas, nuestras vacaciones y la mayoría de los momentos de intimidad familiar. Será por eso que cada vez que les pregunto a mis hijos: ¿Quién viene mañana? Su primera respuesta es María. Y muchas veces tengo que decepcionarlos e invitarlos a disfrutar de otra compañía.

Alguna vez María nos escribió una carta donde nos agradecía por confiarle nuestro más valioso tesoro y la verdad es que somos nosotros los agradecidos por cuidarlos con tanto amor. También nos dijo que ojalá que trabajara con nosotros toda la vida y de nuevo me encanta afirmar, que estoy segura que mis bebés también desean que eso suceda.

Me gusta pensar que mis hijos podrán tomar de cada persona eso que tiene de especial y me encantaría que puedan quedarse un poquito con los ojos de María. Esos que saben observar para cuidar, estimular, calmar, disfrutar y sobre todo para mimar. 

1 comentario:

  1. lucre... que lindas las cosas que escribis!!! me alegran,me emocionan y me abren nuevas puertas! realmente es un regalo poder disfrutar cada dia con nuestros hijos! un beso enorme! celina

    ResponderEliminar

Para dejar comentarios, por favor haganlo como anomimo, ya que es la unica manera que los toma correctamente. AH! eso si, diganme quienes son!