jueves, 10 de mayo de 2012

Lu la eligió

Dominga esta hace tiempo en casa, no solo vela porque mis bebés sino que también cuidó a los hijos de Martin. Si a esos números le sumamos la crianza de sus cinco propios, lleva una cuenta que supera en cuatro veces la mía.

Durante mi embarazo que también lo deseó, afirmaba a los cuatro vientos que ella malcriaría al varón, siempre los había preferido y esta vez no sería la excepción. Esas fueron sus declaraciones durante los meses en lo que me acompañó, me alimentó sanamente y me alertó sobre mis movimientos excesivos a la vez que custodiaba por mi descanso.

Cuando mis bebés llegaron a casa, todas sus profecías se diluyeron. Por alguna razón que desconocemos ella y Lu se eligieron y pasados dos años todavía siguen haciéndolo. Cuando de pequeña Lu lloraba sin parar, Dominga sabía envolverla como un paquetito y le cantaba "yo tengo una muñeca vestida de azul" al tiempo que la mecía con ánimo de hacerle pasar su malestar. Dominga tiene un ojo que distingue la gente buena de la mala, lo que esta bien de lo que no y no duda en expresar si tiene la posibilidad.

Por alguna razón mi hija Lu se siente contenida con esa personalidad y anda por los rincones buscando a Domi con la suele llamar ahora. Ese amor se manifiesta en varías acciones suyas y por estos días se la puede ver a Lu imitándola. Si Dominga dice: ¡Señor! Como haciendo saber que no esta de acuerdo con el desorden provocado por mis hijos, Lu lejos de amedrentarse se para en frente de ella y grita con ella: ¡Señor! también.

Mi hija Lu parece comprender el carácter de Dominga como si algo tuviera que se pareciera al suyo. Para constatarlo solo hace falta verla a Lu, cuando Juan algo hace algo no permitido como abrir el horno o los cajones de la cocina, cómo se le para a su lado mientras con el dedo índice le dice enfáticamente: ¡No, no, no!

Nuestros hijos eligen sus propios amores y en contra de todas las predicciones, Lu conquistó el corazón de Dominga para convertirse en su preferida.  

2 comentarios:

  1. Hola! Tanto tiempo...
    ¡Pero què suerte tienen de haber dado con una persona como Dominga! Saber que quien los cuida, los malcrìa, a mì personalmente me tranquiliza.
    Porque yo creo que quien los malcrìa, en realidad los està "biencriando", no?
    Un claro ejemplo son los abuelos.
    Besotes!

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  2. Que tranquilidad da saber que tus hijos están en buenas manos.

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