Pero claro,
cuando se cumplió la fecha pactada la ansiedad me empezó a acorralar y con ello
el circulo vicioso mensual de la ilusión y la desilusión que se repitió durante
casi un año más. Decidí consultar con una médica para saber si todo funcionaba
bien en mí y por entonces resultados de los estudios me sugerían simplemente esperar
en calma. ¡Qué fácil! Pero no me digan que es un estado natural te morís de
ganas de ser madre, te faltan dos años para los 40 años, tu marido 50 y te
ronda en la cabeza la idea de que en tu familia hubo varias casos de complicaciones
de fertilidad. No obstante, traté de transitar ese tiempo con onda, pero claro
está ¡no pude! Mis temores y mi ansiedad me jugaban todo el tiempo una mala
pasada. ¡Pobre Martín, mi familia y mis amigos!
Finalmente
después de varías y varias más lágrimas derramadas a borbotones, tomamos la decisión
de consultar con Sergio Pascualini. Me lo habían recomendado como uno de los
mejores especialistas del país y desde entonces yo también lo hago cada vez que
puedo.
Llegamos
con Martín a la primera entrevista entusiasmados y expectantes, aunque yo con
algún temor de encontrarme con alguien poco cálido, que me tratara como a un
número y sin capacidad de contención. Durante ese primero encuentro, mis
reticencias se comenzaron a diluir porque me encontré con un profesional que
parecía fascinado por desafiar las leyes de la naturaleza para cumplir mi sueño
y esa actitud, que podía leerse como frío a mí resultó tranquilizadora. Me
encantó ser uno más de los desafío que buscaba dilucidar como prueba personal.
Más tarde,
con los resultados sobre la mesa sus palabras fueron definitivas: "Sin
tratamiento son pocas las chances, pero con una pequeña ayuda no tengas dudas
que vas a lograrlo". Aliviada por su convicción y certeza esa entrevista
fue el punta pie de querer yo conocer todas las opciones: de menor a mayor
complejidad, de simples a engorrosas, de menos invasivas a las más efectivas.
De esa
consulta, me llevé la invitación a recorrer un camino y para la largada sólo
era suficiente una estimulación ovárica… vamos despacio y así fuimos.
Que bien cuando una da con autenticos profesionales, verdad?
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