Lu tiene una gran capacidad de adaptación y se integra muy rápido a las nuevas situaciones. Es sumamente curiosa y por eso se deja llevar en brazos de personas que apenas conoce y parece sentirse como en casa en espacios recién descubiertos. Se muestra segura en un radio de acción muy amplio aunque mantiene la mirada atenta en mi o su persona de referencia.
Juan tiene otros tiempos. Puede demorar largo rato en querer bajarse de mis brazos o interactuar con desconocidos. Como me dijo su pediatra al ver esta reacción; no es patológica, es su personalidad y es importante respetar sus tiempos, sin obligarlo a relacionarse hasta que no se muestre preparado.
En una nueva situación, siempre tengo que protegerlo de los deseos de los adultos que buscan sentirse elegidos por los bebés al primer instante, sin contemplar que los tiempos y expectativas de un bebé son muy diferentes a las del mundo adulto. Los bebés no imaginan a quienes vendrán, pero los adultos en cambio están ansiosos por generar una relación...Yo trato de no permitir que lo invadan, con demandas de saludos o manifestaciones de alegría; sino simplemente esperar que llegue su momento, sabiendo que ineludiblemente en unos minutos será él quien querrá interactuar.
Juan tiene sus tiempos, su ritmo y cuando el bullicio se prolonga mucho tiempo, noto que suele esconderse en su corralito a hojear un libro. Es como si necesitara tiempo de tranquilidad para calmarse ante la atmósfera nueva. Cuando lo encuentro ahí casi escondido absorto en su supuesta lectura...me siento orgullosa porque me encanta que pueda regularse cuando algo lo supera. En lugar de llorar o ponerse nervioso, se retira a su espacio conocido que le sirve de cobijo. Me parece que es su primera manifestación de respeto por sí mismo.
Criar mellizos es ver en vivo, las diferentes abordajes sobre las mismas circunstancias. Lu encara las nuevas situaciones disfrutando de su protagonismo y curioseando todo, Juan parece necesitar articularse ante cada cambio y tomarse sus descansos. Me gusta estar expectante porque el crecimiento es tan dinámico! Hoy les pasa esto, mañana veremos!
Emmi Pikler fue una pediatra húngara con una mirada original sobre el desarrollo motriz del niño. Como madre de mellizos comencé este recorrido porque me conmovió profundamente leer “Movimiento en Libertad” y definitivamente cambio mi enfoque sobre la crianza. Este blog, es la manifestacion de mi necesidad de generar un espacio para compartir con otras madres experiencias, dudas, alegrías y los logros de nuestros bebés.
Me encantó lo de Juan que se refugia en su lugar!! Qué lindo que se sienta seguro y encuentre la paz en su rinconcito!!
ResponderEliminarCada uno con su ritmo y su carácter!! Quién dijo que los mellizos deben ser iguales???
Besossss!!!
Es muy interesante esta entrada. Está claro que cada niño tiene sus ritmos y su carácter pero es curioso verlo desde la perspectiva de mellizos.
ResponderEliminarCada hijo es un mundo y tú querida Lucre tienes la oportunidad de comprobarlo en paralelo.
ResponderEliminarMe gusta mucho lo que dices de respetar los tiempos de los niños, a veces las ansias de los adultos hacen que se sientan invadidos, no son fáciles de gestionar esas situaciones, se debería tener más empatía con ellos.
Saludos!
Lucre, me ha enriquecido muchisimo esta entrada.. me has dado otra forma desde la que observar a mis niños y asi acompañarlos desde más cerca. Gracias guapa! Besos!
ResponderEliminarUn maestro Juan....Franca
ResponderEliminarCreo que es muy importante respetar los tiempos y ritmos de nuestros hijos, cada persona es un mundo, y de esa forma podran crecer felices y sin minar su autoestima.
ResponderEliminarMe encanta como lo vés y cómo los respetas.
Un abrazo
Que curioso tiene que ser ir descubriendo las diferencias de dos personitas que estuvieron 9 meses juntitos en ese lugar tan especial!
ResponderEliminarMucha gente creía que mi hermano y yo eramos mellizos (siempre parecia mas pequeña de lo que soy) y en lo que has contado nos he visto reflejados. Seguro que se llevan muy bien!
Besos!