martes, 4 de octubre de 2011

Sentirse a gusto

Cuando explico que trato de educar a mis hijos generando un ámbito de respeto, valorando sus iniciativas y buscando hacerles sentirse competentes, algunas personas me dicen: "Pero el mundo no es así, es necesario prepararlos para ese desafío". Cada vez que lo escucho esas palabras, me quedo pensando: ¿Entonces debo mostrarles lo hostil, inseguro e irrespetuoso que puede ser el mundo desde chiquitos a modo de entrenamiento?. Estoy segura -lamentablemente- que el mundo se encargará sólo de hacerlo y justamente, por eso mi deber es darle la mayoridad seguridad para que desarrollen las herramientas para enfrentarlo.

Mis hijos tienen límites independientemente de que yo esté diciendo NO. Las rutinas necesariamente incluyen límites: se bañan a una hora determinada hora, van a su cuna a continuación, no dejo de llevarlos al pediatra porque estén divertidos, cuando alzo a uno el otro debe esperar, en el auto deben ir en silla, no puedo evitar que a veces pierdan un juguete en manos de su hermano, no dejo de realizar mis actividades y salgo aunque me reclamen, confiando que ellos también podrán resolver esas pequeñas frustraciones. Estos límites en los cuales los adultos ya ni reparamos, para mí lo son y claramente ayudan a mis hijos a incorporar esta noción.

Lo que trato de evitar, es estar constantemente diciendo NO por cuestiones evitables. Si puedo proteger los enchufes, las cosas de las mesas o estanterías a su altura, alejar el celular y los controles para dejar pasar varios NO al día, lo hago. Tengo la sensación que si todo el tiempo les digo no, ellos pensarán: ¿Todas las cosas que hago están mal?

Obviamente, esto no deja inhabilitado el No! Todo lo contrario, con todo lo que hacen el día, de todos modos me quedan bastantes situaciones para utilizarlos!!!! Sobre todo cuando puede afectar a ellos mismos o las demás personas. Pero en oportunidades de riesgo más leve -como pararse en una mesa, silla o sillón-  trato de pedirles respetuosamente: "Por favor bajate, por favor sentate, por favor dame". Persigo la idea de que ellos puedan auto-limitarse en el futuro y me parece, que si ellos realizan la acción están incorporando y actuando el limite, que si yo los retiro del lugar.

Trato también de respetar sus propios límites, si no quiere comer no intento darle ni una cucharada más de la que ellos aceptan. Quiero mostrarle que sus límites también son importantes y se respetan...¿De otra manera cómo podría exigir que los cumplan si yo no lo hago?

¡El tema del No, la competencia, la seguridad, los límites sanos y contenedores es gigante! Pero hay límites nutritivos e incorporables y otros que desorientan.... Quiero a que mis hijos, que se les grabe en la percepción de sí mismos que son competentes y que deben elegir aquellas situaciones en la vida que los hagan sentir  cómodos y libres.  Y para aquellas más duras, vivirlas sabiendo que si no pueden modificarlas, pasarán.

Me parece muy importante que la sensación de "sentirse a gusto" sea una estado que ellos conozcan lo suficiente para después buscarlo en los demás ámbitos de su vida. ¿Será así? Ojalá...

7 comentarios:

  1. Yo trato de hacer lo mismo con mi hija. Trato de ponerme en su lugar y me imagino que, para mi sería treméndamente frustrante tener a una persona detrás diciéndome que NO todo el día. Por eso trato de que la casa sea un ambiente permitido para que explore y la pase bien, y o un ambiente que la límite y la frustre.

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  2. Zary: gracias!!! me siento bien que piense igual a veces me siento tan sola...no se me cuestan el tema de los limites... le estaré bien? o necesitarán limites? pero yo creo que los mios lo tienen... besos, besos, LUCRE

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  3. Completamente de acuerdo contigo.Hay normas que cumplir si o si,pero pedirles a los niños que entiendan lo que a veces ni los adultos somos capaces de entender me parece exigirles demasiado.Les exigimos que se enfrenten a la frustación una y otra vez,cuando los adultos buscamos satisfacciones inmediatas y no aguantamos que nos prohiban algo aunque sea por nuestro bien...a veces,detrás de una crítica por la manera de educar se esconde la envidia...
    un saludo

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  4. Les decimos tantos "no", pobres, y eso que nosotros intentamos decirselo lo menos posible, sólo cuando es algo peligroso para ella o un tercero (normalmente otr@s niñ@s).
    Yo cuando oigo lo de que el mundo es así, precisamente porque si crees que debería cambiar, cambiemos la forma de criar a nuestr@s hij@s, no?

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  5. Hola! me gusto mucho lo que decis y lo comparto. El mundo solito se va a encargar de demostrarle todo lo terrible y cruel que es. Si repetimos el NO indefinidas veces, pierde semtido, nos rebota en una actitud negativa y tensionada constate... hay muchas formas posibles de hacer entender, de buscar alternativas, explicar. Es importante el ejemplo, transmitur valores, seguridad. Inlcuso es necesario enseñarles a manejar la frustracion. Cosas q quizas nosotras aprendimos viviendo. El mundo es el cruel, nosotras no tenemos xq serlo... quizas con otros adultos de a poco haya un cambio.
    Cecilia
    (y te dejo mi blog www.desdece.blogspot.com)

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  6. Comparto tu opinión, que nuestros hijos sean personas segura en su futuro esta en nuestra mano y si no comenzamos nosotras cambiando el mundo ¿quien lo va a hacer?

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  7. totalmente de acuerdo...el mundo es lo que hagamos de él,si les enseñamos que el mundo es un lugar espantoso,lo será...suficiente con tener esa experiencia nosotros,por qué esa obsesión con "prepararlos para que todo sea malo"?el no es una palabra muy importante y ha perdido mucho valor últimamente,como se recupera el sentido,diciendo no muchas veces?NO, usándolo bien, cuando hace falta, cuando es útil,cuando enseña,busquemos mas "sí"en vez de decir:eso no!!! digamos:mejor esto,si?
    el respeto al otro,que importante...respetar sus límites, respetar los nuestros,respetarnos...muy linda reflexión

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