Mis hijos no son nada torpes de hecho siempre digo que en estos dos años nunca debimos
consultar al médico por una caída de ellos, pero yo su mamá que no fue criada “piklermente” les ha dado sin querer algunos porrazos en los marcos de la puertas cuando me ha fallado el calculo, le he pisado suavemente sus deditos de la mano en alguna pisada distraída y hasta sin querer los he empujado al caminar sin ver que se me habían acercado cuando ya se desplazaban con soltura.
Cada vez que suceden estos accidentes domésticos en la intimidad o con público espectador, los abrazos y me disculpo con mucho de vergüenza y algo de aceptación por esta incapacidad mía conocida. Creo que en algún lugar, fue esta torpeza natural la que me llevó a preocuparme que mis hijos pudieran aprender una forma de moverse en el mundo más segura y armoniosa.
Con orgullo debo decir que gracias a este dejar hacer a su tiempo, no haber invadido sus impulsos motrices y haber respetado sus ritmos que me mostro la visión de Emmi Pikler ellos lo han logrado. Ellos parecieran estar cómodos en su cuerpo y sus capacidades y como bien dicen los piklerianos, Juan y Lu han aprendido a caerse. Cuando algún movimiento no les sale como estaba previsto, saben acomodarse de modo que el impacto tenga la menor relevancia.
¡Bien por ellos que aprendieron también a manejar los desequilibrios! Estoy segura que será una suerte para los hijos de mis hijos! Y eso me alegra por ellos, no se sentirán mal como yo cada vez que suceden! ;)
consultar al médico por una caída de ellos, pero yo su mamá que no fue criada “piklermente” les ha dado sin querer algunos porrazos en los marcos de la puertas cuando me ha fallado el calculo, le he pisado suavemente sus deditos de la mano en alguna pisada distraída y hasta sin querer los he empujado al caminar sin ver que se me habían acercado cuando ya se desplazaban con soltura.
Cada vez que suceden estos accidentes domésticos en la intimidad o con público espectador, los abrazos y me disculpo con mucho de vergüenza y algo de aceptación por esta incapacidad mía conocida. Creo que en algún lugar, fue esta torpeza natural la que me llevó a preocuparme que mis hijos pudieran aprender una forma de moverse en el mundo más segura y armoniosa.
Con orgullo debo decir que gracias a este dejar hacer a su tiempo, no haber invadido sus impulsos motrices y haber respetado sus ritmos que me mostro la visión de Emmi Pikler ellos lo han logrado. Ellos parecieran estar cómodos en su cuerpo y sus capacidades y como bien dicen los piklerianos, Juan y Lu han aprendido a caerse. Cuando algún movimiento no les sale como estaba previsto, saben acomodarse de modo que el impacto tenga la menor relevancia.
¡Bien por ellos que aprendieron también a manejar los desequilibrios! Estoy segura que será una suerte para los hijos de mis hijos! Y eso me alegra por ellos, no se sentirán mal como yo cada vez que suceden! ;)
Madhava Priya Devi Dasi gracias muy bueno como siempre!!!!!!!
ResponderEliminarGenial el relato de tu experiencia. Ojala mas mamas te imitaran. Con mi cachorro estuvimos haciendo cosas muy similares (tambien lei un poquitin de Pickler) y nos pasa igual, sabe caerse!!! besos
ResponderEliminarBuenas tardes..! La verdad que super interesante tu blog. Me interesa mucho la temática que propone Emmi Pikler. Soy una futura profesora de educación inicial y lo relacionado a la Psicomotricidad , el desarrollo del niño me interesa muchísimo. Hermoso lo que compartís.
ResponderEliminarMe encanto haber encontrado alguien que aplique los principios de esta maravillosa mujer.
Saludos cordiales y continuamos en contacto.