lunes, 28 de febrero de 2011

La autonomía de Juan

En su juego autodidacta de aprender lo que puede e intentar lo que no puede, hay algunas transiciones que obviamente no son las precavidas de su parte y aunque es un golpe de piso -la cabeza no puede pegar demasiado - a mí me dan un susto.

Si no está en su espacio Pikler -que tiene toda la seguridad para ellos- tengo que estar muy atenta a sus decisiones. A veces se dan situaciones que ellos no controlan tan bien  (por ejemplo: el borde de la galería que hay un escalón) que podrían ser más riesgosas.  En ese momento, me paro muy cerca de el para ver si realmente está explorando o se está por largar, para atajarlo si es que avanza. En la mayoría de las veces no avanza sin analizar previamente y solo después de mirarlo varias veces cuando está seguro, ahí si SE MANDA! Así que siempre me da oportunidades de cuidado!

Cuando estaba en posición de costado y comenzó a ponerse boca arriba, se pegaba unos golpes (de piso) que no le hacían nada, pero le dolían y ese fue, otro momento que después de calmarlo no sabía qué hacer. Lo ayudo en la próxima vez? Pero, podre ayudarlo siempre o tendrá que aprender? Lo agarro cuando se está por dar vuelta? Una vez no pude mas de ver que se pegaba, lo ayude y lo di vuelta. Lo que más me sorprendió es que note que lo descoloque...si bien no se pego, me miro como sabiendo no se qué paso...

La verdad es que siguió girando y después de un par de pequeños porrazos -no más de dos días máximo- aprendió y comenzó a girar con una armonía con la cual nunca más se volvió a pegar. Ahora yo se que cada situación de aprendizaje de un nuevo movimiento es lo mismo.

Ayer investigando en la cocina, comenzó a tirar del bandejero una bandeja, una amiga sorprendida me dijo: Le saco la bandeja? y yo dije no: Espera, espera que la va a sacar despacio, vas a ver que no le pasa nada! La verdad que la saco, despacio y callo un poco detrás de el - era muy liviana - así que no había riesgo. El la sintió y siguió como si nada. Ni lloro, ni se mosqueo diría yo! Ya sabía de dónde venía ese ruido.
Me encanta ver esa condición de hacer, mirar si está bien y corregir. Me encanta que lo aprenda como un juego, que lo tenga internalizado sin que nadie tenga que explicárselo. 

Juan es el movedizo de la casa, nada lo detiene y hace todo a gran velocidad y lo mejor es que lo hace todo con una gran sonrisa. Parece decirme cada vez que me mira en medio de una acción: Yo sé cómo se hace, mama! Y yo creo, que de verdad sabe que hay que ser precavido!

La mirada hace al bebé?

Estaba cambiando a Lu - intentaba ponerle el pijama - para que se fuera a dormir, la miraba a los ojos y ella a mí. Y pensaba que ese, es el encuentro más genuino, ellos me sonríen y yo a ellos. 

Estábamos las dos en el piso, yo sentada y ella acostaba boca arriba con los pies en mi panza y cuando nos sonreíamos, ella agitaba los piernas, los brazos y cerraba los ojitos como si buscara formas de expresar toda su alegría.

Entonces pensé en las diferentes formas de mirar y si al observarla de ese modo, ella se daría cuenta de cómo estaba disfrutando de sus elecciones libres y de que tantos movimientos fueran para mí. Qué diferente seria si yo la mirara como un ser indefenso pensando en ordenarla para que fuera el cambio de ropa fuera menos movedizo y obvio mas cómodo.

Durante los primeros meses trataba de hacerlo así…Cuando comencé a conectarme con la mirada Pikleriana -vi un video en youtube un video que abordaba esa misma situación - tuve una visión diferente del momento. Deje de pensar que la bebé no se adecuaba a la situación, para celebrar su espontaneidad. 

El mirar valorando, admirando y creyendo en el otro no puede ser inocuo. El mirar con amor y lograr que las miradas se encuentren no puede ser lo mismo que mirarlos panoramicamente. Pero tampoco, el mirarlos como indefensos, dependientes y no confiando en ellos puede ser inocuo. Estoy segura que las dos miradas le dicen muchas cosas.

Mis bebés son independientes, juegan en el piso largo tiempo, concentrados en su disfrute. Pero muchas veces los espero hasta que me descubren o salen de hechizo por tal o cual juguete y ahí trato de mirarlos, pero en serio, a los ojos y que ellos me miren! Me encanta cuando me sonríen!

sábado, 26 de febrero de 2011

Respetar nuestros momentos y sus momentos

Cuando estaba embarazada me preguntaba qué tipo de madre quería ser, y lo que tenía claro es que quería ser una madre que disfrutara de mis hijos. No lo digo como una frase armada -supongo que todas las madres del mundo queremos lo mismo - lo digo más bien el sentido que tendría que darles aquello que me gustara darles realmente con alegría y saber guardar espacios propios. No quería ser esa madre "sacrificada" que por ser justamente sacrificada se siente buena madre y que se disculpa siempre con la frase: “no puedo por los chicos”, como si realmente tuvieran alguna culpa. 

De ese modo, le mostraría lo lindo que para mí es ser madre, lo contenta que estoy de serlo y sobre todo de ellos. Me parecía que era un buen regalo, que pudieran ver -en el ejemplo- como algunas veces uno tiene que preservarse, escucharse y encontrarse con uno mismo y pedir no ser interrumpido por algo importante para nosotros. No quiero que sintieran que ser madre es una cárcel ni un impedimento para desarrollarse uno.

En este punto también le estoy agradecida a Pikler porque veo en mis hijos, una gran capacidad de concentración que ni mi presencia - obviamente sutil - les interfiere. Yo confío que tienen todos los elementos para ir conociendo el mundo a su ritmo y me encanta notar su capacidad apoderarse de sus momentos de exploración y de disfrutar de sus descubrimientos.

Entonces el desafío constante al que me enfrento es detectar en la marcha de la crianza, qué es lo que realmente me saca de mi eje para solucionarlo. Yo no creo que los hijos quieran padres gritones y enojados -aunque después le pidamos disculpas- porque nosotros no le supimos trasmitir cual es nuestro limite. Y otra vez, le mostramos con el ejemplo, si no sabemos cuál es nuestro limite quizás ellos tampoco lo sepan.

No importa lo que pidamos, para cada persona es importante algo diferente. Una frase que me conmovió de Miguel Espeche en su libro Criar sin miedo es: Lo que es bueno para los padres, es bueno para los hijos.

jueves, 24 de febrero de 2011

Los bebés reclaman su libertad

Hay algo de Pikler que debemos asumir, cuando los chicos se acostumbran a la posibilidad de libertad, la necesitan y la reclaman. Todo funciona muy bien en el Instituto Lozcy - creado por Emmie Pikler - porque allí logran el bienestar de los bebés generando un ambiente de contención pautado por una actividad ordenada  pero qué pasa cuando lo llevamos a nuestra vida?. Yo por lo menos, ahora, a veces me salgo del plan y me parece que esta bueno también.

Los otros días fuí a tomar un café con una amiga. Yo con mis dos bebés y ella con el suyo. Obviamente nos ubicamos en el único lugar del bar donde entran los dos coches (el mio es bastante grande). Todo venía bien hasta que mis bebes se empezaron a molestar, no les gusta estar "estacionados". Disfrutan del paseo en coche o buscan la libertad del piso. 

Esa vez, para no amargarme yo ni a los demás clientes, tome a Lu en brazos buscando calmarla, pero siguió molesta. En el piso no la podía dejar porque estábamos en la vereda, viendo que no funcionaba decidí terminar lo antes posible el té y cambiarlo por un paseo, donde obviamente se calmó porque mirar el camino le encanta. 

Cada viaje largo en auto es también un interrogante. Las dos veces que fuimos a Córdoba– una vez a los tres meses y otra a los seis - tuvimos la suerte que durmieran durante las ocho horas de viaje y fuera llamativamente agradable. Pero en el último viaje -los bebes tenian ocho meses- tuvimos que hacer una parada y en un bar tiramos la famosa manta para que se estiraran por media hora. Luego seguimos perfecto.

La verdad que a veces proyecto más cucos, que lo que es realmente son. Ellos-mis bebes- la mayoría de las veces se adaptan y me sorprenden.

La motricidad de Lu

Lu nació de 36 semanas con 1,800grs, tiene hoy 40 semanas, algo así como 8 meses y medio (ni siquiera durante el embarazo entendí el tema de los meses y las semanas). 
Pareciera tener un aire más intelectual, demuestra ser más sensible y llorona que su hermano (también igual a su madre) pero a la vez es muy independiente, cuando encuentra algo que le interese puede permanecer largo tiempo concentrada en su mundo.  Es una bebe risueña y tranquila en general. Siempre durmio bien, como su hermano.
Con respecto al movimiento fue la primera en girar de costado, con una gran armonía, y repetir ese ejercicio seguidamente (aproximadamente en la semana 24, casi seis meses). Todos estábamos admirados de su habilidad pero, como no todo es matemático, quedo en esa posición sin poder ponerse boca abajo hasta la semana 34 (10 semanas después). Yo me estaba poniendo nerviosa y por supuesto todo el mundo -incluido el padre- me aconsejaba enfáticamente que la pusiera boca abajo. Pero cuando uno adopta esta mirada Pikleriana es complicado volver atrás. Para mi se la veia bien asi como estaba.


Una vez que logró ponerse boca abajo, estaba un segundo y volvía para arriba, como si ver el mundo desde otra perspectiva le diera un poco de vértigo; hace recién dos semanas se pone boca abajo y disfruta de esa posición pudiendo jugar o quedándose largo rato.

Pero lo más increíble, es que esta semana (comenzó a ponerse en cuatripedia, todavía no lo logra pero ya se ven sus intentos constantes). Lo llamativo es que casi alcanzo a su hermano que parece mucho más adelantado porque repta con una gran habilidad desde la semana 34, al mismo tiempo que ella se ponía boca abajo y no lo soportaba ni un segundo. 
Yo trato de hacerme la pickeriana cool, pero muchas veces entro a dudar...Pero la verdad, es cada uno tiene su ritmo, a veces se alejan y otras veces se alcanzan.

Cuál es la proporción recomendada de piso y brazos?

Una vez comenzado el “Pikleramiento”, el problema es: Si lo alzo estoy boicoteando el método?  Si alguien lo alza qué le digo? Entonces empiezo a pensar cuánto tiempo tendrán que estar en el piso? Cuánto horas será necesarias para tener los beneficios del método, pero entendiendo que esto es una familia y que obviamente yo su mamá, quienes me ayudan a cuidarlos, sus abuelas, mis amigas y todos los allegados los van a alzar con la frase: “No nos importa el método, los vamos a alzar!

Entonces empiezo a buscar en la web información sobre el método llevado a cabo en una familia y por último, decido consultarle a mi profesora de Feldenkrais (Patricia) que me responde: Tienen que estar en el piso un mínimo de cinco horas por día. Me tranquilizo porque ese tiempo lo puedo cumplir y durante el resto del tiempo pueden andar amados de brazo en brazos. 

Me doy cuenta que más que piso, Pikler es una mirada de respeto hacia el bebé, donde se considera que también pueda descansar de todo ese amor que le damos para concentrarse en sus intereses ya sea jugar, estirar su columna o tratar de practicar movimientos nuevos que muchas veces incluso parecen frustrarlos pero siguen intentándolos hasta lograrlos y dar un grito de alegría.

Porqué resonó Pikler en mi?

A veces pienso porqué me enganché tanto con la propuesta de Emmie Pikler. Cuando alguien me preguntan sobre el método no puedo ordenar mis pensamientos, los beneficios me fluyen desordenadamente uno tras o otro (igual que en este blog).

Como primera respuesta puedo decir que la literatura que había leído remitía constantemente a la proximidad física con el bebé, a los beneficios de tenerlo alzado todo el tiempo y eso me parecía imposible, dado que con dos siempre estaría en deuda. De todos modos los primeros meses lo intenté, poniéndome a mi misma en situaciones de inmovilidad total.

Quizás por mi historia -use un corset durante cinco años por una escoliosis y me costó muchos años de Feldenkrais tomar conciencia de mi corporeidad- tenía la necesidad que mis bebes se conectaran con su cuerpo. Para eso, buscaba formas intuitivas de acariciarles cada uno de los dedos del pie y de las manos, jugar con pañuelos para que sintieran diferentes texturas e interesarme en temas referidos masajes o shantala, algo que antes jamás hubiera imaginado porque los masajes no me gustan.

Cuando me comentaron sobre Pikler conceptos tales como comodidad, libertad, autonomía, y respeto me empezaron a resonar en mi cabeza y a tomar relevancia. Vine directo a casa a leer el libro “Moverse en Libertad” y re pensar de nuevo mi consigna inicial: “los bebes alzados la mayor cantidad de tiempo posible”.

Ya tenían cuatro meses y medio y era hora de ver qué querían ellos. Me comencé a preguntar: Será cómodo para un bebe estar alzado todo el tiempo? Al estar alzados tendrán la posibilidades de elegir libremente una posicion o se adaptaran a los diferentes brazos más enfocados en las posibilidades que les da el adulto que en ellos mismos? Se sentirán seguros estando alzados o sera como estar en un trapecio, donde es lindo ver todo desde otra perspectiva, pero si no te sabes bajar te da un poco de vértigo?

También me ordeno mis pensamientos en cuanto a mi mirada sobre mis hijos. Al principio me sentía tan poderosa que me daba miedo pensar que ellos dependían emocionalmente y que yo tenía que saber todo para ellos (que además durante los primeros meses todos sabían mas que yo, de verdad).

Empecé a pensar la maternidad como un diálogo con un ser que merecía mi respeto porque sabía lo que quería y me lo podía contar. Yo solo tenía que aprender a observarlo para aprender juntos. 

miércoles, 23 de febrero de 2011

Difundiendo el método entre mis amigas... propios y ajenos por imitación!

Qué será, qué será?

Hoy ante mi defensa profusa del método Pikler (mucho mas después de ayer de crear este blog)  y la discusión que acarrea la imagen de los bebés jugando solos en el piso - porque pareciera un cambio de paradigma al mismo tiempo que es solo sentido común, mis allegados me cargaban diciendo que quizás a los 15 iban a ser rebeldes o alternativos y que esas serian las consecuencias de este método.

Esos chistes son los que siempre me llenan de dudas y me llevan a pensar:  Habrá una forma ideal de educarlos, una manera perfecta que garantice hijos felices? Además, quiero que mis hijos sean felices todo el tiempo y completamente? o será que los sufrimientos son los que nos hacen crecer, mejorar, ser sensibles y mejores personas?

Entonces una vez más, pensé que quería para mis hijos? y que sentiría si eran todo eso que a mi podía parecerme extraño?.... Evidentemente no tengo respuesta, pero quizás si hay alguna cosa que me gustaría es que sean lo que ellos quieran ser desde una elección genuina.

Sé que eso no es nada fácil (nunca estamos completamente seguros de lo que queremos ser), pero me parece que ese deseo conlleva primero que exploren lo que quieran ser y luego, que luchen por conseguirlo. Ojalá que sea lo mejor para ellos y juntos podamos lograrlo.

Pikler, los pediatras y yo!

Todo iba bien en los controles: los bebés eran buenos, se portaban bien en las consultas, eran confiados, se entregaban a la revisación sin demasiadas resistencias. Yo aducía que ese buen comportamiento se debía a este modo de concebir a la "bebitud" de Pikler. Mi pediatra de cabecera, no conocía a Emmi Pikler ni había sentido nada sobre su abordaje, pero ante mis preguntas sobre cómo estaban los bebés, me respondía que los veía muy bien tranquilos y felices.

Decidí tener otro pediatra en Córdoba porque paso largas temporadas allá - es un pediatra famoso con un gran ojo clínico que fue mi pediatra de niña- . La primera consulta fue a los cuatros meses, los vio muy bien y me dijo que me quede tranquila. En Buenos Aires, siguieron yendo a su pediatra habitual que siempre los veía muy bien.

Así paso el tiempo hasta que llegamos a los 8 meses y medio, entonces fui al pediatra en Córdoba para que los viera dado que es una segunda mirada y me había hecho aportes valiosos. Además me había juntado con muchas madres que llevaban sus hijos a él y todas me habían dicho que siempre les recomendaba que los pusieran en el piso, entonces yo pensé que casi me iba a felicitar.

Llega el día de la consulta, entro primero con Juan - que justamente es el que más destrezas tiene en su desarrollo motriz - y el médico lo intento sentar en la posición de trípode, el bebé se cae para un costado.
Entonces me pregunta los meses y luego: Porque no se sienta? yo le digo que los niños pikler se sientan más tarde, pero que tiene una gran movilidad. Trate de trasmitirle el abordaje de Pikler, no conseguí nada...solo un reto sobre que yo estaba obsesionada de dejarlos en el piso porque no me podía arreglar con los dos. La recomendación era ir a mi casa y ensenarles a sentarse durante un mes para luego volver a la consulta y ver si lo habían logrado. Quiero aclarar que nada más lejos de dejarlos en el piso por falta de ayuda, de hecho en casa podríamos alzarlos todo el tiempo porque hay brazos para hacerlo, pero estoy convencida que ellos se siente mejor así...más libres...

Pero yo tenía que asumir el costo de decirles a todo el mundo que me había retado la eminencia pediátrica u omitir y esperar un mes o dos, para si no se sentaban entonces si comenzar con el entrenamiento de...Después de dudar si contar la verdad a mis allegados o esperar un poco mas decidí... solamente decir que le había llamado la atención que no se sentaran pero que esperaríamos un mes y después veríamos...Con el tiempo se me paso el shock inicial de que te digan que tus bebés están retrasados y afirme mi deseo de respetarlos en sus posibilidades y confiar en ellos...

Pero tenía otro escollo, debía hacer el control en buenos aires justamente a los 9 meses y una semana, y no quería que la consulta terminara con un aire hostil y la percepción de una madre que no respeta los parámetros aceptados por la medicina, entonces lo primero que hice fue entrar y decir: No me retes porque no se sientan porque ya lo van a lograr cuando llegue su momento. Ante mi gran sorpresa, el pediatra me dijo: a partir de tus comentarios sobre Pikler, he buscado en Internet y me parece que está muy bien, que es una teoría más, pero que está muy bien que la sientas como válida.

Como conclusión, las expectativas de felicitaciones quedaron en un reto y las expectativas de reto, quedaron en una aprobación.

Sentarse o no sentarse...


Todo bien con Pikler hasta que llega el momento en que me junto con una amiga con su bebe de 8 meses que se sienta como trípode y los míos "muy pikler" no lo hacen. La diferencia es evidente: los míos parecen un poco retrasados y yo me lleno de dudas... Sera bueno lo que estoy haciendo?

Empiezo a pensar... ojala hubiera otras madres que me digan si esto anda bien y me acuerdos de las dos personas -que respecto mucho- que me comentaron de chicos criados así y de los videos que vi en youtube de adultos que estuvieron en Loczy y se los ve bien y en eje.

Después de observarlos a lo largo de la tarde veo que los míos están menos estáticos, si bien tiene una posición que parece más retrasada para su estadio de desarrollo, se mueven de un lado al otro y permanecen poco tiempo en la misma posición. Es decir han jugado con muchos juguetes, han girado, han rotado, han explorado y sobre todo -pienso que- se han cansado (en el buen sentido) de tanta actividad.

Como es mi amiga, yo pondero que su hija se siente y ella me pondera que los míos se muevan tanto. Dos paradigmas de desarrollo se ponen de manifiesto. Pero la verdad, es que ambos bebes ríen y se los ve bien. Con la diferencia que Juana parece más adelantada. Solo se llevan 10 días de diferencia, pero es verdad que Juana nació con buen peso y los míos no.

Quizás cuando los míos se sienten yo me pueda relajar... pero por ahora, prefiero crisparme yo y no ellos para que hagan lo que se espera según su edad.

El espacio Pikler en casa


Después de leer el libro Movimiento en Libertad de Emmi Pikler, comencé probando qué era esto del método Pikler así que tire una manta grande al piso y la iba llevando -de lado a lado- según donde estuviéramos nosotros, para que los bebés estuvieran siempre acompañados.
También me habían prestado un circuito (tipo gimnasio) que de pronto comencé a valorar y que me servía de auxiliar cuando estaba con un solo bebé y no tenía ganas de trasportar la manta grande. 
 
Mi espacio Pikler en casa fue mutando de espontáneo a más elaborado y lo fui perfeccionando para que sea fácil limpiarle los vómitos, ser trasportable, más prolijo, y que los ayudara a reptar sin enredarse (porque Juan al avanzar iba arrugando toda manta o sabana).

Ahora estoy en la duda si hacer unas barandas que separe este espacio de los bebes del resto de la casa. Me parece que lo van a necesitan para ir agarrándose cuando comience un proceso de verticalización más evidente. La duda que me surge es que no tengo claro cuánto tiempo lo usarán y estoy evaluando si vale la pena.

La seguridad del piso


A priori parece el lugar más inseguro para el bebé, pero con el tiempo se convierte en el más seguro.

Deje de tener miedos de que se caigan, de que se golpeen con el marco de la puerta. Desde el piso al piso, el golpe no sería mucho. 

Pasada la barrera inicial de cualquier conversación con todo el mundo sobre porque los bebés están en el piso, todos puede relacionarse con los bebés de manera directa sin la responsabilidad corporal.

Tanto chicos como grandes se entretienen mirándolos o acercándoles un juguete. Tampoco es que los bebés se frustraran por no tener determinado juguete -cuando no se trasladaban- o que hoy no puedan buscarlos solos, pero es lo que mejor me resulto para las dos partes: los bebés crean lazos con el mundo de una manera cómoda y los más grandes hacen algo para que va fortaleciendo el vínculo, no necesariamente alzándolos.

martes, 22 de febrero de 2011

Viajando en avion con los mellis de 5 meses


Un viaje en avión Córdoba de una hora no sería demasiado problema porque los bebes se portaban muy bien, el tema era que no les gustaba estar atrapados.

Cuando uno los alzan, ellos solos piden un poco de libertad, y entonces debíamos y aun hoy debemos bajarlos al piso. La pregunta era como soportarían el vuelo?. Teníamos mamaderas y haríamos todo lo posible para que el puerta a puerta fuera lo más corto, para eso elegimos un día de la semana y un horario tranquilo para pasarla lo mejor posible.

El día del viaje llegamos al aeropuerto en horario programado pero el vuelo se demoro exactamente 5 horas, sin nunca darnos información concreta de lo que pasaría. Siempre estaba a punto de salir. A los bebes los llevábamos en sus mochilas sin coche porque yo tenía uno doble para ellos en Córdoba.

Por suerte, y sabiendo que esas cosas pueden pasar llevamos una sabana que ubicamos el lugar más tranquilo del embarque con algunos juguetes. Los bebes disfrutaron, jugaron y hasta durmieron en el piso luego de sus mamaderas. Todo los pasajeros del vuelo, miraban con terror nuestra presencia pero después se acercaban a mirar los bebes durmiendo sobre la sabana y a nosotros haciendo de corralito para que nadie los fuera a pasar por encima, los aeropuestos por lo menos en Argentina, no sacan lo mejor de uno.

La manta se convirtio en mi mejor amiga



Como toda madre primeriza me preocupe en comprar cochecito, sillas para el auto y pedir prestado los demás adminículos para que los bebes tuvieran todo. Tenía dos saltarines, una hamaca a pila que los mecía sola, y un bebesit con música, luces y vibrador que me daba excelentes resultados por lo menos con LU que lloraba sin parar. Entonces como en una fabricación en línea, los bebes pasaban de uno a siguiente y luego volvían a comenzar. Mi casa estaba ocupada una superficie muy grande con estos aparatos.

Lo peor fue decidimos salir un fin de semana para practicar como era hacer mini viajes con ellos. Mire todo lo que tendría que llevar y ya me dio fatiga. Me puse a pensar que habría sido de toda la humanidad que no tenía tantos artefactos. Había algo que no era natural, no podíamos los humanos creer que nuestros bebes necesitaban tanta cosa.

También para eso me ayudo Pikler, me dio algo así como una liberación. Tener, llevar, transportar solamente una manta grande con algunos juguetes adentro fue algo liberador. De pronto podría ir a donde quisiera con pocas cosas. Bueno es un decir, porque nunca son pocas cosas, pero vamos a decir con menos...mucho menos elementos
.

Implementado Pikler - Todos al piso!!!!

Cuando descubrí el método, primero tuve que convencer al padre (pequeño detalle) y después a la niñera (también pequeño detalle) ambos eran padres con cuatro hijos cada uno. Así que yo la mas ignota con una propuesta que simplificada no sonaba nada bien... Los bebes al piso.

Primero, tenía que cambiar rotundamente mi postulado inicial: Los bebes siempre alzados. A un bebe alzado no le pasara nada malo y nunca, bajo ningún aspecto, dejarlos llorar.

Manos a la obra, había que hacer un lugar cómodo para ellos para que descubran el mundo mientras trataba de convencer a todos que los bebes son inteligentes, saben lo que quieren y nosotros tenemos que darle libertad y fundamentalmente creer en ellos.

Al ser prematuros, más que los tres meses tenían dos y eran unos porotos, que nadie podía creer que sabían lo que querían. Así empezó, contando, hablando, repitiendo y la consigna: el adulto va hacia el bebe!
El padre, la cuidadora y todo el mundo debía ir al piso para acompañar al bebe en este lugar. Eso también me costo, no sé porque vivimos tan lejos del piso todos. Hoy después de 6 meses de piso...TODOS EN ESTA CASA ESTAMOS MUY CERCA DEL PISO....