Cuando
me convertí en madre mis propias sensaciones, mis propias emociones, mi propia
historia como niña pequeña comenzó a hacerse más presente de lo que nunca
habían estado antes. Y me vinieron un montón de preguntas: ¿Hasta cuando me
habrá amamantado mi mamá? ¿Lo habrá hecho? ¿Cómo habré sido de bebé? ¿Cuánto
habría pesado? ¿Cómo se las habría arreglado mi mamá para cuidarme? Y otras
muchas otras más.. se iba acumulando para mi suegra …
Como
si fuera una picardía adicional de la naturaleza Juan era muy parecido a su
papá y Lu a mi. Pero era radical la distribución genética. Juan era rubio, Lu
morocha; Juan tenía un buen tamaño, Lu era muy pequeña; Juan tenía la cabeza
importante de su papá, Lu mucho más pequeña. Desde entonces y hasta hoy, cuando
nos ven en familia siempre recibimos un comentario del tipo. ¡Ustedes sí que
son muy prolijos! ¡Uno para cada uno!
Pero
volvamos a cómo mi propia aventura de infancia – mis venturas y des-venturas - se me precipitaron
en el presenté cuando vinieron mis hijos a mi vida. Estoy segura que mi propia
historia debe haber influido en mi sensibilidad para reconocer la importancia
de la libertad de movimiento.
Cuando
tenía seis años notaron una escoliosis bastante acentuada en mí que me
imposibilitó realizar actividades físicas durante toda mi escuela primaría y
que luego –en mi adolescencia- generó que me colocaran un corset de millwokee de
modo de evitarme problemas físicos posteriores. Este aparato me inmovilizaba
toda la columna desde el cuello hasta la cadera. Solo tenía la movilidad de mis
piernas y brazos pero no podía torcer ni para agacharme, ni darme vuelta. Esa
inmovilidad la que me dejó un percepción interna de limitación, falta de
equilibrio y de pocas condiciones para todo lo que no fuera intelectual o
creativo. Fueron muchos los años de Feldenkrais que luego necesité para tomar
conciencia de mi corporeidad y su potencial. Seguramente que profundizado por mi
propia limitación los conceptos de Emmi Pikler resonaron mágicamente en mi ni
bien tomé contacto.
Y todavía aún sigo preguntando a mi madre y mi suegra - que no tiene un registro muy puntilloso - cuestiones que me conmueven...